La artrosis

La artrosis es la enfermedad articular más frecuente en España. De hecho se estima que entre 2 y 4 millones de personas la padecen. La artrosis aparece normalmente con la edad cuando el deterioro progresivo de los cartílagos deja las articulaciones expuestas al rozamiento de los huesos. Además, esta enfermedad es más frecuente en mujeres y suele afectar a espalda (región lumbar), caderas, rodillas y dedos de pies y manos.

El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor.  Por eso una pregunta frecuente que nos hacen en la farmacia es “Sufro artrosis ¿qué puedo tomar para aliviar los dolores?”. Nuestro primer consejo es que acudas a un especialista, el cual pautará un tratamiento. Después nosotros podemos ayudarte resolviendo las dudas que puedan surgirte sobre dicho tratamiento, como interacciones con otros medicamentos, posibles efectos adversos o explicarte el mejor modo de tomarlos.

Pero también pueden ayudarte una serie de medidas no farmacológicas y cambios saludables en tu estilo de vida que pueden contribuir a mejorar el dolor, reducir la incapacidad funcional e intentar retardar la progresión de la enfermedad:

–Combatir el sobrepeso: El exceso de peso siempre es un agravante de la artrosis, por lo que si es tu caso debes seguir una dieta adecuada para perder esos kilos sobrantes y así reducir el trabajo de las articulaciones.

–Realizar ejercicios físicos moderados:  Los expertos señalan que el ejercicio mantiene la coordinación neuromuscular, previene la atrofia muscular y conserva la resistencia de tendones y ligamentos. En caso de artrosis se aconseja que cada paciente tenga una tabla de ejercicios personalizada y adaptada a su edad y estado físico general que deberá realizar bajo la supervisión de un fisioterapeuta idealmente. También se pueden realizar otro tipo de ejercicios suaves y de poco impacto como caminar, montar en bicicleta sin ponerse de pie, natación, caminar dentro del agua, etc.

–Mantener una buena higiene postural: tanto de pie como sentado es importante mantener unos buenos hábitos posturales. Hay que evitar los sofás y sillones hundidos, utilizar sillas con respaldo plano y camas adecuadas, además no se aconseja llevar peso y es mejor utilizar carros para ir a la compra.

–Utilizar un calzado adecuado: este debe ser cómodo, flexible, sujetar bien el pie y con poco tacón (4-5 cm). Podemos incorporar también unas plantillas ortopédicas para amortiguar el impacto en el suelo.

–Desarrollar la masa muscular: con ello conseguiremos minimizar el peso que cargan las articulaciones favoreciendo que el dolor se atenúe.

–Terapias físicas en forma de calor y frío: estas terapias pueden ser beneficiosas. Para aliviar el dolor y relajar la musculatura, en general es mejor el calor, el agua caliente y un ligero masaje en la ducha te podrán ayudar a desentumecer tus articulaciones por las mañanas, mientras que el frío se utilizará sólo en aquellos casos de inflamación de una articulación.

–Utilización de bastones y/o muletas: estos apoyos sirven también para aliviar el dolor y proporcionar estabilidad y seguridad, evitando posibles caídas.

-En algunos casos es necesario utilizar férulas de descarga.

-Cuando sea necesario, tu médico de cabecera o tu especialista  podrán derivarte a la Unidad del Dolor de referencia en la que tratarán tu dolor con medicación y técnicas más avanzadas.

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